Luego de estar muchos años alejados de Dios, el pueblo de Israel decidió que era hora de volver a sus brazos. Ayunaron y luego de eso tuvieron miedo a ser atacados y vencidos nuevamente por los filisteos. Ante la amenaza del enemigo y el temor del pueblo, Samuel sacrificó un cordero y clamó al Señor para que los guardara. Y Dios escuchó.
El caminar con Dios no te garantiza una vida fácil (pruebas y temores llegaran a tu vida). Pero sólo TÚ puedes decidir si vas a dejarte vencer por los miedos o vas a ofrecerle tu mejor ofrenda. Sólo TÚ puedes decidir si vas a darle del tiempo que te sobra o si vas a sacrificar noches para darle tus mejores oraciones, humillarte y entregarle tus batallas. Te aseguro que, como con el pueblo de Israel, si es Él quien pelea por ti... SALDRÁS VICTORIOSO!
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