Hay días en los que mi lavadora de ropa marca ERROR y se detiene. Esta pasada semana me sucedió otra vez. Estudiando la situación me di cuenta de que la carga estaba más hacia un lado que hacia el otro y esto provocaba un mal funcionamiento por lo que ella misma decidió detener la marcha. Entonces, ¿que hago? Sencillo, con el mismo amor saqué TODA la ropa y comencé a distribuirla de forma uniforme. Sí, sé que es un reguero, pero era la única manera de intentar poner la lavadora en marcha nuevamente.
En ocasiones hay que provocar “regueros” que nos llevarán a ordenar cada cosa en su lugar.
Bueno, volví a poner en funcionamiento la lavadora y ¿saben que? volvió a pasar lo mismo, no sé por qué esta vez no funcionó si en otras si. Tuve que volver a sacar la ropa y en esta ocasión decidí echar menos carga. ¡¡¡¡¡Esa era la SOLUCIÓN!!!!!
En esta situación Dios me ministró... hay momentos en que basta con detenerse y organizar nuestro día a día colocando cada cosa en su lugar. Pero hay otros momentos donde definitivamente estamos sobrecargados y tenemos que sacar ropa de nuestra lavadora (nuestra vida) no necesariamente para siempre, pero si por el tiempo necesario para poder continuar nuestra marcha. Definitivamente hay un tiempo para todo, así lo dijo el proverbista en Eclesiastés 3:1. Les termino mi historia... una vez terminó esa tanda de ropa pude lavar la que había dejado fuera y todo limpio. Misión cumplida.
¿Qué te está deteniendo el día de hoy?
Proverbios 16:3 NVI dice: Pon en manos del SEÑOR todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.
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